Hay dos aspectos que afectan a la pérdida de sensibilidad auditiva: la edad y el ruido. Contra la primera no podemos hacer nada, pero contra los ruidos sí que podemos actuar. La mejor forma de entender cómo el ruido afecta a nuestra audición debemos antes entender el proceso.
Es importante entender que los daños ocasionados en nuestro sistema auditivo pueden no dar la cara hasta años después. pero el mal ya está hecho. Por eso debemos siempre cuidar nuestra audición. Las personas que piensan que su audición no se ve afectada es porque no notan nada están equivocadas. Para entenderlo del todo podemos hacer un símil con el consumo del tabaco, tampoco afecta al momento, sino que sus efectos aparecerán tiempo después.
Sabiendo cómo oímos podemos entender cómo el ruido va a afectar a nuestra sensibilidad auditiva.
De un modo básico podemos indicar que la audición consiste en la conversión de unas ondas sonoras que son percibidas por nuestro sistema auditivo en señales eléctricas que llegan al cerebro a través del nervio auditivo. Los pasos que se dan para "entender" los sonidos son los siguientes:
El daño que se produce por la exposición a los ruidos es el que afecta a las células ciliadas. Como bien sabemos la audición perdida no se puede recuperar por lo que en este caso volvemos a incidir en que más vale prevenir que curar.
Y para prevenir, tenemos dos opciones: o dejamos de estar en ambientes perjudiciales para nuestros oídos, o hablamos con los profesionales del Servicio Integral Auditivo para que nos fabrique unos protectores auditivos personalizados y adaptados.
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